Estrenada el 9 de diciembre del 2019 en las salas de cines y
dirigida por Damien Chazelle. La la land nos relata la historia de Mía,
interpretada por Emma Stone, donde nos muestra a una chica cuyo sueño es ser
una actriz de Hollywood. En adición está Sebastián, interpretado por el “soy
ese” Ryan Gosling, en el cual se exhibe a un hombre cuyo anhelo es formar parte
de un grupo de jazz. Sin embargo, nuestras aspiraciones y deseos más profundos
a menudo exigen sacrificios.
La la land es un estado mental eufórico y ensoñador muy
alejado de las realidades de la vida, además es uno de los apodos de Los Ángeles,
lugar donde funciona Hollywood y donde está la industria del cine o la llamada
fábrica de los sueños. Y es donde esta película le hace homenaje a Los Ángeles,
dando la posibilidad del nombre de la cinta.
La película se asemeja a la fantasía, romantizando la ciudad
de los Ángeles. Sin embargo, algo que resalta en la película es el uso de los colores,
ya que son las emociones de los mismos protagonistas. El azul representa la
creatividad y el arte. El amarillo se usa en momento drásticos, ya que cuando
este color aparece en la película, hay un cambio muy drástico en la historia.
El color verde aparece cuando hay incomodidad. El rojo es la forma de
representar la realidad. Finalmente, se encuentra el color el morado, que se
compone de la combinación del azul y el rojo; este vendría siendo el color que
representa a la película, ya que es el que representa la relación entre Mía y Sebastián.
Finalmente, al término de la película, se nos presenta cómo
Mía se dirige a un bar de jazz junto con su esposo, donde ella se encuentra
atraída por la música que estaba siendo tocada. En dicho lugar, se encuentra
con Sebastián, donde ambos entran en un trance en el que se ven diversas
escenas que presentan situaciones que hubieran pasado en su relación, romantizando
realidades que núnca pasaron. Regresando a la realidad, Mía está a punto de
irse y ambos mantienen una última mirada, no obstante, esta no es una mirada de
tristeza, sino una mirada en la que ambos se mostraban orgullosos de su
presencia, a pesar de la distancia que ambos atravesaron.
Al igual que Mía y Sebastián, estamos deseando alcanzar
nuestras metas, ya sea en el ámbito profesional, artístico o personal. Incluso
nos sumergimos tanto en la persecución de nuestros, que muchas veces dejamos atrás
cualquier cosa que se interponga en nuestro camino, con el objetivo de llegar al
éxito. Sin embargo, en ocasiones, en la búsqueda de la felicidad y la eficacia
personal, se ha dejado a un lado el amor que alguna vez se hizo presente en
nuestras vidas.
Como Mía y Sebastián, nos encontramos en un dilema, entre
elegir el amor o alcanzar nuestras metas, y a menudo tomamos la decisión de
seguir adelante sin la persona que en su momento le prometimos amor eterno.
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